7.12.09

Los campesinos pueden enfriar el planeta y alimentarlo

Copenhague: los campesinos pueden enfriar el planeta y alimentarlo

Silvia Ribeiro

ALAI AMLATINA, 05/012/2009.- En las próximas semanas se reunirá en Copenhague, Dinamarca, la Convención sobre Cambio Climático de Naciones Unidas. El ambiente está caliente, tanto entre los bloques de negociadores oficiales, como en las organizaciones y movimientos, que por primera vez acudirán en decenas de miles al lugar de reunión. No es para menos, el cambio climático es devastador y sus efectos serán cada vez peores, informan los científicos. El tema toca puntos neurálgicos de la civilización petrolera, al mostrar que el sistema industrial del último siglo ha ido destruyendo la vida de la gente y del planeta, en forma irreparable si no lo frenamos ya.

Pese a ello, la vasta mayoría de los gobiernos siguen empeñados en no atacar las causas reales del cambio climático, empujando en su lugar falsas soluciones, basadas en enfoques de mercado y nuevas tecnologías cada vez más peligrosas, que en lugar de mejorar la situación, la empeoran. El tema de la agricultura y alimentación es un claro ejemplo de ello. Los negociadores de cambio climático lo ven como un problema (la agricultura industrial es responsable de un altísimo grado de emisiones de gases de efecto invernadero) pero sobre todo como un campo para ampliar los mercados de carbono, paradójicamente, aumentando la agricultura industrial y sus impactos. Hay propuestas y presiones empresariales para lograr apoyos nuevos a actividades altamente destructivas social y ambientalmente, como monocultivos de árboles y soya transgénica, grandes instalaciones de cría de animales confinados, proyectos masivos de biochar o carbón vegetal (producir masa vegetal para quemarla y enterrarla como carbón en los suelos), entre otras.

Al otro extremo, movimientos como La Vía Campesina, tienen claras las causas y las combaten día a día, pero también presentan soluciones: la agricultura campesina y la producción de pequeña escala puede enfriar el planeta –y lo está haciendo–, además de alimentar a la mayoría de la humanidad.

Un reciente informe del Grupo ETC (¿Quién nos alimentará? www.etcgroup.org/es) analiza estos aspectos y plantea una serie de preguntas claves frente a las crisis climática y alimentaria.

Por un lado, las trasnacionales nos quieren hacer creer que los sistemas alimentarios son una cadena industrial que comienza con Monsanto como dueña de las semillas en un extremo y WalMart como paradigma de los supermercados en el otro, cada vez más industrializado y centralizado. Afirman que sólo ellos podrán alimentar a la población mundial creciente y enfrentar el caos climático, con sus variedades transgénicas y producción masiva y uniformizada. Exigen que los gobiernos sigan apoyando sus patentes, sus tecnologías contaminantes y sus oligopolios de mercado, haciendo la vista gorda a los impactos climáticos y de salud que provocan –que afirman van a absorber con más tecnología, más patentes y más libre comercio.

Por otro lado, la realidad es que los sistemas alimentarios del mundo no son cadenas sino redes, donde muchas personas, actividades, culturas y funciones convergen e intercambian. Más de 85 por ciento de los alimentos son producidos cerca de donde se consumen, a nivel local, regional o al menos nacional, y la mayoría gracias a campesinos y productores de pequeña escala, a indígenas, pescadores artesanales, pastores nómadas y pequeños horticultores urbanos, que en conjunto son más de la mitad de la población mundial, pero alimentan a muchísimos más y llegan a quienes más lo necesitan. Por sus formas de manejo no emiten gases de efecto invernadero sino que los absorben, ahorran agua, conservan los suelos y una enorme diversidad de cultivos, animales domésticos y peces, que son la clave de las adaptaciones necesarias frente a las crisis climáticas. Además, si se toma en cuenta todos los elementos que producen, crecen y recolectan en las pequeñas fincas y no sólo el rendimiento de un determinado cultivo por hectárea, el volumen de alimentos producidos es mucho mayor, más variado y nutritivo que en cualquier monocultivo industrial.

Un artículo de Grain resalta otro aspecto fundamental, relacionado: el cuidado (o destrucción) del suelo y su relación con el cambio climático. (Cuidar el suelo, Biodiversidad 62, www.grain.org/biodiversidad/?id=459) El uso del fertilizantes químicos y otros agrotóxicos, conlleva necesariamente la destrucción de la vida microbiana del suelo y ha sido reconocido como un importante factor de emisiones de gases de efecto invernadero. Los fertilizantes sintéticos, además de lo que emiten, destruyen la capacidad del suelo de captar y almacenar carbono. El artículo presenta un cálculo cuidadoso y realista de cómo si se recupera y estimula la incorporación de materia orgánica al suelo, a partir de prácticas agrícolas, pecuarias y pastoriles de pequeña escala, con diversidad cultural, geográfica y de manejo, resultaría en una importante reducción de emisión de gases de efecto invernadero, pero además tendría el potencial de con el tiempo, absorber las dos terceras partes del exceso de gases de efecto invernadero de la atmósfera, siendo la medida más importante propuesta hasta el momento.

La Vía Campesina y otros movimientos estarán en Copenhague para presentar estas realidades y confrontar a los gobiernos y empresas que quieren que sigamos creyendo que sin sus cadenas no tenemos futuro. La verdad es que solamente sin ellas podremos enfrentar las crisis en que nos han metido.

- Silvia Ribeiro es Investigadora del Grupo ETC. www.etcgroup.org

6.12.09

MATAR A HIPATIA OTRA VEZ

Matar a Hipatia en el siglo XXI

Hipatia ya no es una mujer, nunca fue sólo una mujer, sino la representación de que no había razones para la desigualdad. Y por ello la asesinaron.

Hipatia rompió con los moldes de finales del siglo IV y principios del V, y dedicó su vida al conocimiento y a la filosofía. Fue admirada por muchos de sus contemporáneos, pero también despertó las críticas y el rechazo de una parte de la sociedad que veía con temor que una mujer consiguiera ese estatus y, sobre todo, que lo desarrollara en un ámbito público hasta alcanzar una posición influyente.

Hipatia fue asesinada cuando contaba 60 años, lo cual indica que su muerte no fue producto de un enfrentamiento puntual nacido de la crítica a su conducta, sino la consecuencia de un proceso que culminó cuando se entendió que su vida tenía que ser limpiada con su muerte. Con ella se buscó acabar con lo que se entendía que era un problema, y mandar un mensaje a la sociedad para evitar que pudiera servir de ejemplo. En una acción claramente aleccionadora, después del crimen fue descuartizada.

Cuando se llega a una conclusión de ese tipo, el tiempo sólo aporta razones para construir el argumento con el que acabar con el problema. Así ocurrió con Hipatia y su relación con Orestes, que fue entendida como un ataque a los adversarios del prefecto romano, pero no respondieron frente a Orestes, lo hicieron contra Hipatia, porque para ellos el verdadero problema no era la política del prefecto, sino que tuviera a una mujer como asesora.

Si se analizan las circunstancias que envolvieron el asesinato de Hipatia, nos encontramos con tres elementos fundamentales: por un lado, la conducta apartada del rol de mujer en esa época; por otro, la percepción de que dicha conducta perjudicaba a quienes acabaron con su vida y suponía un mal ejemplo; y en tercer lugar, la necesidad de justificar la muerte alrededor de una conducta negat iva, que en el caso de Hipatia pasó por acusaciones de brujería y magia negra, como destaca la investigadora María Dzielska.

Hoy, 16 siglos después, Hipatia ya no es una mujer, pero sigue viva en muchas otras que rompen con los moldes establecidos por unas referencias culturales que continúan distribuyendo tiempos, espacios y roles en función del género, y que, de alguna manera, exponen a las mujeres a la aprobación y crítica del contexto social y de los hombres con los que establecen una relación. Y por ello siguen siendo asesinadas; así de terrible, así de simple.

Y a pesar del tiempo transcurrido desde el asesinato de Hipatia, al analizar hoy, los elementos que envuelven los homicidios consecuencia de la violencia de género, vemos que después de más de 1.500 años siguen siendo los mismos: las mujeres cuestionan y se enfrentan al agresor (casi el 50% de los homicidios se producen alrededor de la ruptura), el hombre percibe que esta conducta supone un ataque o un perjuicio para él (se ve cuestionado públicamente como hombre o «le quitan la casa, la paga y los niños») y la necesidad de justificar la muerte en la propia actitud de las mujeres, que son consideradas como «malas esposas, malas madres o malas mujeres» (nunca se mata a la amadísima esposa).

La violencia contra las mujeres no es nueva, pero esta circunstancia no resta responsabilidad a su abordaje en el momento actual. Todo lo contrario, la eleva porque es en esa dimensión histórica donde alcanza todo su significado y donde podemos encontrar las claves para su solución. El problema no está en si los autores visten túnica, capa o pantalones, sino en cuáles son los objetivos y la motivación de esas conductas y qué los sustenta para que hayan podido permanecer en el tiempo a pesar de la gravedad de su resultado.

Si nos aproximamos a lo que la sociedad española piensa sobre la violencia de género, quizá podamos entender mejor la situación. Según un estudio sociológico realizado por el Ministerio de Igualdad (junio de 2009), un 8,4% de la población piensa que la violencia contra las mujeres es inevitable o aceptable en algunas circunstancias, un 5% que hay agresiones justificadas, un 36,5% que la culpa es de las mujeres por prolongar la convivencia con el agresor, más de un 60% que la violencia se debe al alcohol, a problemas psicológicos o que se da en niveles culturales bajos, y un 10% considera que el hombre agresivo resulta más atractivo. De alguna manera, los estudios reflejan que aún existen elementos suficientes para hacer del recurso a la violencia una posibilidad, que después será integrada sobre las referencias culturales que la presentan como algo inevitable, justificable, aceptable o producto de interferencias externas, cuando no de la propia mujer.

El día 25 de noviembre es un día para llamar la atención sobre esta realidad: la de la violencia visible y la de sus causas ocultas; un día para hacer del debate conciencia, y de la conciencia acción, pues sólo el conocimiento y la crítica que despierte podrán cambiar las causas que acabaron con la vida de Hipatia en el año 415, las mismas que hoy, en pleno siglo XXI, lo hacen con la de tantas mujeres.

Si tras la muerte de la filósofa de Alejandría se hubiera conmemorado un día anual para buscar la participación decidida de la sociedad en el cambio del marco de las relaciones sociales entre hombres y mujeres, habríamos celebrado 1.593 días, que habrían supuesto casi cuatro años y medio de reflexión. Sin duda muy poco en los más de 15 siglos transcurridos para detener la inercia de un tiempo que empuja con la decisión de quienes quieren perpetuar la situación. Por eso hoy tenemos un día para la conmemoración y 364 para la acción. Hay que quitarle tiempo al tiempo cuando ha sido la Historia quien ha secuestrado a la igualdad.

(Gracias G.)

Miguel Lorente Acosta es delegado del Gobierno para la Violencia de Género.

El Mundo, 25 de noviembre de 2009


Fuente: Fundación José Saramago

CONFERENCIA POR EL CAMBIO CLIMÁTICO 2009


La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Copenhague (7 Aal 18 de diciembre de 2009) será el momento en la historia en que la humanidad pueda aceptar el reto y abordar la cuestión de manera decisiva. Las emisiones de gases de tipo invernadero, más allá de toda duda, deben reducirse radicalmente para impedir que el cambio climático se convierta en un caos climático. (Leer más)

¿Qué consecuencias podemos esperar y qué podemos hacer?

La proyección de las consecuencias del calentamiento global es una de las tareas más difíciles del los investigadores climáticos de todo el mundo. Primeramente, porque los procesos naturales que provocan las precipitaciones, tormentas, la subida del nivel del mar y otros efectos esperados del calentamiento global dependen de muchos factores diferentes. En segundo lugar, porque es difícil proyectar la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero en las décadas venideras, ya que vienen determinadas en gran medida por decisiones políticas y descubrimientos tecnológicos.

Muchos de los efectos del calentamiento global están bien documentados y las observaciones de la vida real coinciden con las proyecciones más tempranas. Lo que es difícil es predecir el impacto preciso. Entre los efectos que pueden predecirse están:

Más sequías e inundaciones:

Cuando el clima se calienta, aumenta la evaporación terrestre y marina. Esto causa sequías en las áreas del mundo en que este aumento de evaporación no se ve compensado con mayores precipitaciones. El vapor de agua adicional de la atmósfera debe volver a caer en forma de precipitaciones, lo que puede provocar inundaciones en otras partes del mundo.

Menos hielo y nieve:

En estos momentos, los glaciares de todo el mundo se están deshelando con rapidez. El hielo se está fundiendo con mayor rapidez que la estimada en el último informe del IPCC. En las áreas que dependen del agua del deshielo de las montañas, esto puede provocar sequías y falta de agua potable. Según el IPCC, hasta una sexta parte de la población mundial vive en zonas que resultarán afectadas por estos problemas.

Más ejemplos de condiciones climáticas extremas:

Es muy probable que el clima más caliente cause más olas de calor, más casos de lluvias torrenciales y también un aumento en el número o la intensidad de las tormentas.

Subida del nivel del mar:

El nivel del mar sube por dos razones. En parte por el deshielo de la nieve y el hielo y en parte por la dilatación térmica del mar. La dilatación térmica es un proceso lento, pero incluso un aumento de temperatura de dos grados centígrados, con el tiempo, puede causar una subida de casi un metro en el nivel del mar.

Para hacerse un idea de la gravedad de las consecuencias, los investigadores suelen trabajar con escenarios que muestran varios desarrollos posibles.


La verdad sobre el cambio climático

Mucha gente pregunta cuán seguros estamos sobre la ciencia del cambio climático. El análisis más definitivo de la evidencia científica ha de encontrarse en el trabajo del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, tal su sigla en inglés) y su último informe de relevancia publicado en 2007. Yo tuve el privilegio de presidir o copresidir las evaluaciones científicas del Panel entre 1988 y 2002.

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Todo parecido con Argentina es accidental

No-B day

December 7th, 2009

Si Cicerón todavía viviera entre vosotros, italianos, no diría “¿Hasta cuando, Catilina, abusarás de nuestra paciencia? y sí: “¿Hasta cuando, Berlusconi, atentarás contra nuestra democracia?”. De eso se trata. Con su peculiar idea sobre la razón de ser y el significado de la institución democrática, Berlusconi ha transformado en pocos años a Italia en una sombra grotesca de país y a una gran parte de los italianos en una multitud de títeres que lo siguen aborregadamente sin darse cuenta de que caminan hacia el abismo de la dimisión cívica definitiva, hacia el descrédito internacional, hacia el ridículo absoluto.

Con su historia, con su cultura, con su innegable grandeza, Italia no merece el destino que Berlusconi le ha trazado con frialdad canalla y sin el menor vestigio de pudor político, sin el más elemental sentimiento de vergüenza.....

(De: El Cuaderno de Saramago)