2.2.10

Oración de un desocupado


Oración de un desocupado

Padre,

desde los cielos bájate, he olvidado

las oraciones que me enseñó la abuela,

pobrecita, ella reposa ahora,

no tiene que lavar, limpiar, no tiene

que preocuparse andando el día por la ropa,

no tiene que velar la noche, pena y pena,

rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.

Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,

que me muero de hambre en esta esquina,

que no sé de qué sirve haber nacido,

que me miro las manos rechazadas,

que no hay trabajo, no hay,

bájate un poco, contempla

esto que soy, este zapato roto,

esta angustia, este estómago vacío,

esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre

cavándome la carne,

este dormir así,

bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido

te digo que no entiendo, Padre, bájate,

tócame el alma, mírame

el corazón,

yo no robé, no asesiné, fui niño

y en cambio me golpean y golpean,

te digo que no entiendo, Padre, bájate,

si estás, que busco

resignación en mí y no tengo y voy

a agarrarme la rabia y a afilarla

para pegar y voy

a gritar a sangre en cuello

por que no puedo más, tengo riñones
y soy un hombre,
bájate, ¿qué han hecho
de tu criatura, Padre?
¿un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?

de “Violín y otras cuestiones”
Juan Gelman

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Gracias por abrazar la verdad