Somos ladrones encantadores,
Que robamos corazones,
y nunca desfallecemos,
Porque somos los amigos del Uno.
El tiempo de los viejos sermones
ha pasado,
Nosotros apuntamos directamente
al corazón.
Si la mente intenta entrar a hurtadillas
Y tomar el mando,
nosotros le echaremos el lazo
sin demora.
Convertimos el veneno en medicina
Y nuestras penas en bendiciones.
Todo lo que nos era familiar,
A quienes amábamos
y a nosotros mismos,
Tuvimos que dejarlos atrás.
Bendito sea el poema que viene
a través de mí,
pero no de mí,
Porque el sonido de mi propia música
Ahogaría la canción de Amor.
Hz. Rumi
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Gracias por abrazar la verdad