31.5.10

Israel ataca flota de ayuda humanitaria rumbo a Palestina

La flotilla era "la mayor acción coordinada realizada hasta el momento para intentar romper el bloqueo marítimo israelí a Gaza" desde que el Ejército israelí terminó la operación Plomo fundido el 18 de enero de 2009, tras 22 días de ataques, según un comunicado de la Asociación Cultura, Paz y Solidaridad .

Según la Organización Cultura, Paz y Solidaridad, entre el cargamento figuraban 500 vehículos eléctricos para discapacitados, además de 100 casas prefabricadas destinadas a la familias que perdieron sus viviendas durante la Operación Plomo fundido.

Uno de los navíos fue bautizado como Barco 8.000, en homenaje, según los organizadores, a los 8.000 prisioneros palestinos que se encuentran en cárceles israelíes. Otra de las embarcaciones fue bautizada como Rachel Corie, en recuerdo a la activista estadounidense de derechos humanos muerta en marzo de 2003. Corie, de 24 años, murió al ser aplastada por un bulldozer israelí cuando intentaba junto con otros colaboradores del Movimiento de Solidaridad Internacional (MSI) impedir la demolición de viviendas palestinas en la localidad de Rafah, en el sur de Gaza.
IHH es una ONG turca de inspiración islámica que tiene presencia en prácticamente todo el mundo musulmán y se centra en la ayuda económica, médica y social a víctimas de guerra y catástrofes naturales.

"ESPERÁBAMOS QUE TIRARAN A LAS PIERNAS, PERO FUE A LA CABEZA"

Golpes, gases, tiros y picanas en alta mar

Entre la decena de detenidos franceses en esta operación, uno de ellos llegó ayer a París y ofreció un testimonio sobre los hechos. Los relatos del abordaje evocan malos tratos, golpes y hasta el uso de pulsiones eléctricas.
Por Eduardo Febbro

Desde París

Antes de que el primer ministro israelí decidiera deportar a todos los extranjeros detenidos durante el asalto a la flotilla humanitaria internacional que se dirigía hacia Gaza con ayuda humanitaria, el Estado israelí había cerrado una situación orwelliana. Israel obligó a los detenidos a firmar un documento de deportación y las personas que se negaron a hacerlo fueron encarceladas bajo el cargo de ingreso ilegal en el territorio. Ahora bien, nadie entró ilegalmente al territorio israelí, sino que fueron conducidos por la fuerza y, según se desprende de los primeros testimonios de franceses, griegos y alemanes que llegaron hoy a sus respectivos países, los prisioneros fueron tratados como auténticos criminales por los militares israelíes. Los relatos del abordaje evocan disparos a la cabeza, malos tratos, golpes y hasta utilización de pulsiones eléctricas.

La cineasta brasileña Iara Lee, que formaba parte de la flota, contó a medios de su país que los soldados, una vez en el barco, comenzaron a atacar de manera indiscriminada. “Esperábamos que dispararan a las piernas o al aire, pero fueron directo a la cabeza de los pasajeros.” La activista turca Nilufer Cetin ofreció su testimonio sobre el desenlace de los hechos cuando llegó ayer a Estambul con su hijo en brazos. “Primero usaron bombas de humo y gas lacrimógeno. Luego comenzaron a descender desde helicópteros. Entonces el choque fue brutal. El barco “Mavi Marmara” se volvió un baño de sangre. Me oculté con mi bebé de un año en el baño del camarote.”

Entre la decena de detenidos franceses en esta operación, uno de ellos llegó ayer a París y dio un testimonio. Su relato se suma al de las dos mujeres, los militantes alemanes, griegos y al de Hanin Zoabi, la única diputada israelí que participó en la expedición humanitaria. Yussef Benderbal, miembro del Comité de Beneficencia y Socorro a los Palestinos (CBSP), contó que a bordo del barco “no había ningún tipo de armas”. Según este activista, el argumento esgrimido por Israel y según el cual en los barcos había armas tiene un solo objetivo, que consiste “en desacreditar el convoy humanitario”. Yussef Benderbal aclaró que desde el principio se dieron instrucciones precisas para que no hubiese “ninguna provocación, incluso si los israelíes subían a abordo. No-sotros no buscamos la agresión, fuimos agredidos”.

El activista francés explicó en París que los organizadores de la flotilla habían decidido agruparse y que los israelíes les habían pedido que “dieran media vuelta”, lo que “era inaceptable para nosotros”. Cuando los soldados abordaron el barco desde los helicópteros les pidieron a gritos que se sentaran. “Teníamos la consigna de dialogar con los israelíes y proteger la cabina del capitán con nuestros cuerpos. Un soldado le dio un golpe en la mandíbula a un pasajero y le puso su arma en la garganta.”

Norman Paech, un ex diputado de 72 años del partido alemán Die Linke, que se encontraba a bordo del “Mavi Marmara”, dijo en el curso de una conferencia de prensa que “nunca vimos un cuchillo utilizado como arma. Nos defendimos con palos”. Paech negó también que la actitud violenta de los soldados que abordaron el “Marmara” se explique por su necesidad de defenderse de la violencia de los pasajeros. “Fue un ataque contra una misión pacífica en aguas internacionales. Los israelíes pueden defender su zona de defensa militar, pero nosotros estábamos fuera de esos límites. Teníamos derecho a defendernos.” Otros dos diputados del partido Die Linke, Inge Hoeger (59 años) y Anette Groth (56 años), completaron el relato de Paech: “Nadie estaba armado”, dijo Hoeger. Matthias Jochheim, un médico miembro de la asociación contra las armas nucleares Ippwn, aseguró quex “los soldados dispararon con balas reales, no con balas de caucho”.

Norman Paech, un ex diputado de 72 años del partido alemán Die Linke, que se encontraba a bordo del “Mavi Marmara”, dijo en el curso de una conferencia de prensa que “nunca vimos un cuchillo utilizado como arma. Nos defendimos con palos”. Paech negó también que la actitud violenta de los soldados que abordaron el “Marmara” se explique por su necesidad de defenderse de la violencia de los pasajeros. “Fue un ataque contra una misión pacífica en aguas internacionales. Los israelíes pueden defender su zona de defensa militar, pero nosotros estábamos fuera de esos límites. Teníamos derecho a defendernos.” Otros dos diputados del partido Die Linke, Inge Hoeger (59 años) y Anette Groth (56 años), completaron el relato de Paech: “Nadie estaba armado”, dijo Hoeger. Matthias Jochheim, un médico miembro de la asociación contra las armas nucleares Ippwn, aseguró quex “los soldados dispararon con balas reales, no con balas de caucho”.

A su vez, Nadel el Sakka, una representante de la comunidad palestina en Alemania, admitió que “nos esperábamos muchas cosas, pero no la brutalidad a la que nos enfrentamos. Esperábamos que hubiese presiones, obstáculos, pero no este estado de guerra”. Norman Paech reveló que desde el vamos los pasajeros de los barcos habían descartado la violencia y la resistencia porque “sabíamos que, frente a esos soldados, no teníamos ninguna posibilidad”. Otros cuatro griegos que formaban parte de la flotilla denunciaron en Atenas sus condiciones de arresto y detención, que calificaron de “miserables”.

Michalis Grigoropolus, un integrante de la tripulación del barco “Eleftheri Mésogeio”, contó que los comandos israelíes que saltaron al barco “dispararon gases lacrimógenos y balas de caucho” y que, luego, los comandos “aplicaron electroshocks a algunos militantes”. Este militante narró también las primeras horas del arresto: “Las condiciones de detención en el puerto de Ashdod, donde fueron agrupadas 500 personas, eran miserables. Los policías filmaban videos, nosotros estábamos sentados en el suelo y los policías nos amenazaban con sus armas. Nos hicieron firmar papeles sin que yo supiera qué decían esos papeles, porque no tenía derecho a contar con un traductor, de tener un abogado o comunicarme con mi familia”. Aris Papadokostopolus, otro integrante de la tripulación del mismo barco, afirmó que “dos griegos detenidos fueron golpeados porque se negaron a que se les tomaran sus huellas digitales”. Aunados unos a otros, los relatos que empiezan a emerger permiten hacerse una idea algo más clara. Los enfrentamientos más duros, por ejemplo, tuvieron lugar a bordo del barco turco “Mavi Marmara”. Es allí donde se contabilizaron los nueve muertos. Liberada gracias a la inmunidad que le confiere su estatuto, la diputada israelí Hanin Zoabi –estaba a bordo del Marmara– dijo en una conferencia de prensa que resultaba evidente que el propósito del comando que abordó el barco “no era detenerlo, sino causar el mayor número de bajas para impedir futuras iniciativas similares. Nuestro objetivo era romper el bloqueo. No teníamos planes para un enfrentamiento. Israel efectuó una operación militar provocadora”.



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Israel tilda de "hipócrita" la condena de la ONU contra el ataque a la flotilla solidaria - El Consejo de Seguridad lamenta las muertes pero no condena a Israel.- Al menos cuatro de los nueve muertos son turcos.- El jefe del Mosad reconoce que Israel se ha convertido en una "carga" para EE UU. .... La condena de la ONU es "precipitada, ni siquiera se ha dado un tiempo de reflexión para considerar todos los hechos", según Yigal Palmor, portavoz del Ministerio de Exteriores israelí. "Esta condena constituye una gesticulación automática basada únicamente en determinadas imágenes televisivas y no en un conocimiento de los hechos, además de una dosis impresionante de hipocresía", ha añadido.


POEMAS DE MAHMUD DARWISH - Poeta palestino

VENDRÁN OTROS BÁRBAROS
(1986)

Vendrán otros bárbaros. Raptarán a la mujer del emperador.
Sonarán los tambores.
Suenan los tambores para que del Egeo a los Dardanelos los caballos
se alcen sobre los cadáveres.
¿Y a nosotros qué? ¿Qué tienen que ver nuestras esposas
con una carrera de caballos?

Será raptada la mujer del emperador. Sonarán los tambores.
Ya llegan otros bárbaros.
Bárbaros que llenan las ciudades vacías, apenas altas sobre el mar,
más fuertes que la espada en tiempos de locura.
¿Y a nosotros qué? ¿Qué tienen que ver nuestros hijos
con esta estirpe de impudicia?

Sonarán los tambores. Ya llegan otros bárbaros.
Es raptada de su casa la mujer del emperador.
Y en la casa se gesta la expedición militar que devuelva
a la favorita a la cama de su señor.
¿Y a nosotros qué? ¿Qué tienen que ver cincuenta mil muertos
con este casamiento atropellado?

¿Nacerá un Homero después de nosotros?...
¿Abrirán las epopeyas sus puertas a todos?

(Tomado de Mahmud Darwix, Poesía escogida (1966-2005)s, traducción de Luz Gómez García, Valencia, Pre-Textos, 2008; agradecemos a la editorial Pre-Textos su autorización para la reproducción de este poema.)

ESTADO DE SITIO
(2002)


Aquí, en la falda de las colinas, ante el ocaso
y las fauces del tiempo,
junto a huertos de sombras arrancadas,
hacemos lo que hacen los prisioneros,
lo que hacen los desempleados:
alimentamos la esperanza.

Un país preparado para el alba.
Nuestra obsesión por la victoria
nos ha entontecido:
no hay noche en nuestra noche que con la artillería refulge;
el enemigo vela,
el enemigo nos alumbra
en el sótano oscuro.

Aquí, tras los versos de Job, a nadie esperamos.

Aquí no hay yo,
aquí Adán recuerda su arcilla...

Este sitio durará hasta que enseñemos al enemigo
algún poema de la yahiliya.*

El cielo es gris plomizo a media mañana,
anaranjado por las noches. Los corazones
son neutros, como las rosas en el seto.

Bajo sitio, la vida se torna tiempo:
memoria del principio,
olvido del final.

La vida.
La vida plena,
la vida a medias,
acoge una estrella cercana
atemporal,
y una nube emigrada
aespacial.
Y la vida aquí
se pregunta:
¿Cómo resucitar a la vida?

Él dice al borde de la muerte:
No me queda un rincón que perder,
libre soy a un palmo de mi libertad,
el mañana al alcance de mi mano...
Pronto, me adentraré en mi vida,
naceré libre, sin padres,
y tomaré por nombre letras de lapislázuli...

Aquí, en los altos del humo, en la escalera de casa,
no hay tiempo para el tiempo,
hacemos lo que hace quien se eleva hacia Dios:
olvidamos el dolor.

El dolor:
que la señora de la casa no tienda la colada
por la mañana, que se conforme con lavar esta bandera.

Nada de ecos homéricos aquí.
Los mitos llaman a la puerta cuando los necesitamos.
Nada de ecos homéricos...
Aquí un general excava un Estado dormido
bajo las ruinas de una Troya inminente.

Los soldados calculan la distancia entre el ser
y la nada
con la mirilla del tanque.

Calculamos la distancia entre el propio cuerpo
y las bombas... con un sexto sentido.

Vosotros, los apostados en el umbral, pasad,
tomaos con nosotros un café árabe
—acaso os sintáis seres humanos como nosotros—.
Vosotros, los apostados en el umbral de las casas,
largaos de nuestras mañanas,
necesitamos creernos
seres humanos como vosotros.

[...]

(Tomado de Mahmud Darwish, Estado de sitio, traducción de Luz Gómez García, Madrid, Cátedra, 2002; agradecemos a la editorial Cátedra su autorización para la reproducción de este poema.)


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